martes, 16 de octubre de 2012

Un ateo en mi armario


En una de esas citas deliciosas con que prodigaba Oscar Wilde, sentencia que para conocer la añada de un vino no es necesario beberse la botella entera.

            Invitado por otro bloguero, estos días he dejado escrito algunos comentarios en su blog de reflexiones sobre la fe, tratando de hacer un poco de contrapeso en medio de una mayoría de ateos furibundos. Aquí viene la explicación del vino de Oscar Wilde: el nuevo ateísmo es una religión, pero a la inversa, y un tal Richard Dawkins es su profeta. Este nuevo ateísmo es un disparo a quemarropa que no se anda con contemplaciones, que va dando empujones al creyente para que se aparte del camino y renuncie a sus convicciones, que está formulado bajo el paradigma que ser creyente es igual a ignorante y, que por encima de todo, no propone argumentos nuevos sino que lanza cada vez insultos mayores.

            Por eso es posible encontrar entre los comentaristas increyentes perlas como éstas:

            En otras palabras, no hay resultado material si yo digo "hay curas que se follan a jóvenes contra su voluntad" (además de ser cierto, no hay supuesta "víctima" identificada)”.

            “Lo que es llamativo es que un católico actuando bajo pseudónimo se sienta tal agredido por esto pero seguramente no mueve un pelo cuando MILES de curas abusan sexualmente a jóvenes en todo el mundo, a sus religiosas que toman por esclavas sexuales, sobre todo en misiones en África y otras partes del mundo subdesarrollado, sus feligreses de edades más avanzadas, seminaristas de manera regular y aceptada (la presión sexual sobre seminaristas y jóvenes religiosos es "normal" y entre ellos mismos pasando de los votos”.

            Estas citas no me las acabo de inventar, sino que no que son extraídas textualmente de ese foro.

            Estos días he probado una sola gota de ese ateísmo, y es un vino peleón y trifulquero, un matarratas que te perfora el estómago y te hierve la sangre. ¿Se puede sacar algo positivo de él? Absolutamente nada. Para estos negadores de Dios, los creyentes sólo somos unos pobres inmaduros que creemos en espaguetis voladores. Son también palabras textuales recogidas en muchos de sus comentarios.

            A los que me siguen y además escriben en sus bitácoras les aconsejo que, si algunos de estos señores insultadores se cuelan en sus bitácoras, échenles a la calle sin contemplaciones, porque les harán perder la paz y la caridad cristiana. Y es que, como ha ocurrido en esa página católica, les invitas a cenar y acaban llevándose los cubiertos, soltándote que la sopa estaba fría y el pescado no era fresco. Háganme caso, si se cuelan en su casa, acabarán con un ateo dentro del armario.

1 comentario:

  1. PUES QUE PENA DÁ...PUES VEO EN TANTOS ASI A LOS SECUACES DEL MALIGNO CREYENDOSE QUE TIENEN LA BATALLA GANADA....Y NADA MAS LEJOS DE LA CRUDA REALIDAD. SOLO ME DAN PENA Y ME INVITAN A REZAR CON MAS SERENIDAD Y PEDIR MAS HUMILDAD.....

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