jueves, 12 de julio de 2012

Líbranos de los Comentaristas

Pero sólo de los comentaristas dañinos. De los que no saben de nada y hablan de todo. De los polemistas profesionales que han estudiado en las cátedras de la telebasura y se pasean por todos los foros católicos hablando de teología sin saber el Padrenuestro ni haber asistido a ninguna misa. Líbranos de los polemistas que se comportan como francotiradores de la cultura de la muerte y van lanzando sus pedradas allí donde la gente buena busca consuelo e ilusiones. Líbranos de los predicadores del odio que queman la yerba por donde pisan, confunden a los débiles y desaniman a los pusilánimes. Líbranos de los que sólo buscan que la buena gente pierda la fe, abandone la esperanza y renuncia a la caridad.
                Pero de los comentaristas honestos, dánoslos con el pan de cada día. Bendícenos con su compañía, con la palmada que nos dan en la espalda cuando tenemos el ánimo débil y la voluntad de abandonar. Llénanos los blogs con su palabra fresca y la bondad del corazón. Para todos ellos siempre hay una silla vacía en la mesa y un hueco en nuestra vida.
                Y para los comentaristas incendiarios también, porque así lo quiere Jesús. Siempre que dejen en la puerta sus armas de guerra y sepan hablarle a los que discrepan sin necesidad de escupirles en la cara.


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