jueves, 11 de noviembre de 2010

El Último Mantra


Lo reconozco: la progresía tiene un talento de virtuoso para la propaganda. Conocen los resortes de la mentira, saben del arte de destripar una idea, engrasarla para que no chirríe, empaquetarla con un envoltorio atractivo y lanzarla al mercado para que un pueblo adormecido se lance a consumirla como si fuera la oferta de 2x1 de langostinos en Navidad. Ya lo anunció Goebbels: una mentira mil veces repetida se transforma en verdad.

La visita del Papa a España ha dejado muchos heridos de guerra en el bando políticamente correcto de la ideología de género, el proabortismo y el laicismo visceral. Para tratar colocar piedras en el zapato a la fiesta católica, lanzaron sus comandos a las calles tratando de desviar la atención, se morrearon en público y hasta organizaron una convención de laicos radicales tratando que alguno de los flash que inmortalizaran el paso del Pontífice por Barcelona o Santiago les cogiera de rebote en alguna foto, aunque fuese sólo como figurantes.

Los fieles acompañaron al Papa y le siguieron por millones en televisión. No les quedó otro remedio que escuchar de la boca del sucesor de Pedro lo mismo que llevan diciendo todos que se han sentado en su cátedra desde hace dos mil años, y eso fue intolerable. Una vez zarpó el avión, se han lanzado a degüello contra los que rompieron los cristales de las convicciones progres.

El Último mantra que han estrenado es el de que la Iglesia recibe cada año del estado seis mil millones de euros. Lo dijo un contertulio en una emisora amiga, y nadie se lo rebatió. Se lo reprochó un político catalán y de izquierda a Zapatero, y el fundador de la Alianza de las Civilizaciones no lo negó. Quizá por no aparecer como defensor de la Iglesia, quizá por ignorancia, pero no lo negó. Y habrá mucha gente que se lo crea porque la infamia tiene la lengua muy larga y el pueblo español unas tragaderas tan grandes que no les costará esfuerzo digerirla sin sufrir flatulencias.

Si alguien está interesado en saber sobres las cuentas de la Iglesia en España, pinche aquí